Autoestima
Quizás lo más importante
de tener un bajo concepto de ti misma, es la sensación
interior de impotencia… de no capacidad para lograr
lo que te propones.
Del miedo a los demás o creer que son superiores
en forma alguna a ti. Del creer que no eres lo suficientemente
especial como para ser querida, valorada… amada.
De no creerte digna del amor y del aprecio. Lo curioso,
es que tienes lo mismo que los demás ¿Porqué
te sientes menos entonces?
Mi primera observación, es que cuando tú
eras pequeña, eras audaz, atrevida…curiosa.
Aprendiste a patinar después de muchas caídas
y moretones. Claro, llorabas, pero de ninguna forma
pensabas acerca de ti que eras una tonta o algo así
¿verdad? Simplemente te levantabas y seguías
intentándolo… hasta que aprendiste a patinar.
Nunca asociaste tu valor personal al que te cayeras
y tropezaras. Simplemente seguías intentándolo
por inercia, como algo instintivo y natural.
Eras feliz, no importando si eras pobre. Nunca pensabas
en ti en términos de valía. Simplemente
disfrutabas cada momento, jugabas, reías, llorabas,
preguntabas…Te perdías en la vida. Jamás
te pasaba por la mente pensar en abstracciones acerca
de tu valor.
El bombardeo para crearte una baja auto-valoración,
surge por una necesidad temprana de tus padres de controlarte.
Eres tan libre, segura de ti, inquieta, que creas molestias.
Entonces, tus padres intentan “domarte”
desde que eres pequeña. “Si no te comportas,
ya no te voy a querer”, “Si te portas bien,
te compro algo”, y así, empiezas a dominarte
y ahogar a tu verdadero ser.....Luego, la competencia
entre padres, de que su hija es mejor, más alta
o más inteligente que las otras… y te enfrentan
contra tu primo, tu hermano… como si fueran gallitos
de pelea, no?
Ahhhh, como me molestaba eso de mis padres cuando era
pequeño. Pero así son todos, verdad? Cuando
vas a la escuela, convives con compañeritos que
a su vez son bombardeados por sus padres con buenas
dosis de críticas… y recuerda que los niños
son fiel reflejo de lo que sus padres les dicen.
Los niños repiten fielmente lo que les dicen
sus padres. Entonces, si un niño que recibe un
mensaje en su casa “eres un tonto”, a la
vez él te va a decir “eres una tonta”.
En verdad comienzas a pensar que lo eres.
Entonces, es cuando comienzas a crear mentalmente una
baja imagen acerca de ti. Y descubres que si haces lo
que tus padres y compañeritos te dicen…
tendrás la etiqueta de niña buena, bien
portada y decente.
Y comienzas a decir lo que los demás desean oir…
actuar con miedo, no sabiendo si tus palabras serán
aprobadas por los demás, y toda tu vida te vuelves
títere de los deseos de otras personas.
Sobre todo, los padres son muy importantes en estas
primeras etapas de tu vida. Recuerdo con tristeza el
caso de un buen compañero de trabajo. Me platicó:
“Mira Edgar, cuando yo era niño mi mamá
me decía, si no estudias… ¡vas a
acabar como mensajero! Y heme aquí… he
sido mensajero por 10 años”.
Por otra parte, los padres de Alejandro Magno, cuando
él tenía 15 años, le confesaron
que ellos no eran sus verdaderos padres… sino
que Zeus era su padre.....Para el joven Alejandro, esta
mentira fue tan impactante… que acabó actuando
como un auténtico hijo de Zeus, siendo uno de
los más célebres conquistadores de la
antigüedad.
Tanto si crees que puedes o no puedes… estás
en lo correcto, diría una frase.
Por eso, padres, hagan creer a sus hijos que pueden
llegar a elevadas alturas en la vida. No por controlarlos
les digan cosas no positivas acerca de ellos mismos.....Y
si tú como joven, sientes que fracasas mucho…
el éxito es un fracaso de una cuantía
mayor.
El fracaso se asusta y huye, ante la persistencia…
Bueno… a estas alturas ya habrás comprendido
que tú por naturaleza deberías tener un
sano concepto de ti misma… es más, ni siquiera
el concepto debería estar en tu mente.
Deberías estar perdida viviendo, tanto, para
no darle tiempo a tu mente para pensar en eso…
Los chamanes mexicanos decían, que para ellos
no eran tan importante las palabras… que las acciones
nuevas conllevan reflexiones nuevas.
A la acción… los fantasmas aterradores
de los pensamientos se esfuman. Es como si de súbito,
te hubieras dado cuenta que eres capaz de hacer gimnasia,
aunque seas gordita… o de jugar basketball, aunque
seas chaparrita… En tales casos, tendrías
que empezar a entrenar y a hacer ejercicios para tener
elasticidad y ser hábil, verdad?
Lo mismo cuando se trata de volver a creer en ti. Es
como cuando te dicen “ya no lo pienses mucho ¡hazlo!”.
Lo primero en que tienes que concentrarte es en actuar.
Actuar como tú lo sientas y tú quieras
ser. Hay mucha gente que utiliza el manejo del bajo
concepto de muchas personas para otros fines.
Recuerdo que cuando tenía 17 años, entré
a un trabajo de esos de multinivel en los que se engaña
a la gente. En que vas por un puesto de trabajo…
y se te acaba convenciendo para que vendas cosméticos
o productos de belleza ¡y pagando en vez de que
te paguen!
Yo fui uno de los que cayó… y a la vez
tenía que engañar a otras personas para
que hicieran lo mismo....Observaba como los principales
de la empresa nos decían: “Imagínense,
decenas de jovencitas con baja confianza en sí
mismas… y ustedes diciéndoles que valen
¡no se imaginan como funciona eso!”.
Por supuesto, cuando me desperté y me di cuenta
de lo que estaba haciendo, inmediatamente renuncié.
También, una exnovia me compartió una
historia… sus padres –para variar- la llenaron
de un pobre concepto de sí misma, siempre peleaban,
y desde niña, encontraba refugio emocional en
un amigo como de 35 años.....Era su confidente
y, como ella me decía, era el papá que
siempre hubiera querido tener… Se convirtió
en una bellísima y atractiva chica, y la amistad
siguió igual.
Mi exnovia se peleó con sus padres, se salió
de su casa, y le pidió permiso a su amigo para
vivir con él, en lo que encontraba trabajo y
podía rentar en otro lado.
El aceptó.
Después de unos días… ¡le
dijo que quería tener relaciones sexuales con
ella!
Se sorprendió. Toda la imagen que por años
ella había tenido de él, se esfumó.
Me comentó también que, cuando él
regresó de Oaxaca de un viaje, le platicó
algo que le abrió los ojos:”En Oaxaca conocí
a una jovencita de 15 años… y con problemas
emocionales para variar ja ja !! solo la escuché…
otra víctima más”.
Y me platicaba que la cara se le transfiguraba con malicia
cuando le platicaba esto.
Mi exnovia finalmente me dijo: “Edgar, es como
si alguien me quitara la venda de los ojos. El se aprovecha
de las chicas desde que son jovencitas. Cuando tienen
un bajo concepto de sí mismas, las escucha…
se gana su confianza. El invierte muchos años
en escucharlas… hasta que llega el momento en
el que les pide su pago: relaciones sexuales”.
Padres ¿Ahora entienden lo que inyectar de baja
valoración sobre todo a sus hijas puede causarles
en peligros? Por favor, sean más fuertes e inteligentes
para controlar a sus hijos sin bombardear su confianza
interior. No sean flojos y cómodos. Piensen más…
Bien, el siguiente ejercicio de Rachel Charles, puede
ayudarte para entrenar tu imaginación y sentirte
protegida, en el intento por rehacer tu concepto de
ti misma.
Es muy efectivo.
Busca un sitio en el que te sientas absolutamente seguro
y nadie te interrumpa. Cierra los ojos y relájate
por completo, sabiendo que estás a punto de aprender
a brindarte protección psicológica.
Recuerda cualquier situación molesta en la que
te hayas sentido invadido por energías hostiles.
Visualízate allí y evoca a quienes te
acompañaban. ¿Qué es lo que hicieron
o dijeron? ¿Cómo te sentiste? ¿Cuáles
fueron tus reacciones?
Ahora imagina que comienzas a andar para distanciarte
de la situación, y llegas a una bonita casa antigua.
Has oído que pertenece a una persona anciana
y sabia. La puerta está abierta y no hay nadie
a la vista; así que decides explorar. Subes las
escaleras hasta la planta superior, muy aireada y luminosa.
El sol brilla a través de la ventana e ilumina
un viejo baúl. Lo abres y descubres que contiene
algunas bellas prendas de vestir. Te intriga particularmente
una chaqueta o camisa de seda; así que la coges.
Admiras su fino material y te atrae su color. Te la
pruebas y te asombra comprobar que te queda perfecta.
Este descubrimiento te entusiasma, porque te hace sentir
que ha sido confeccionada para ti.
Ves un movimiento en un rincón del cuarto y te
das cuenta de que la persona que vive en esa casa ha
estado allí desde que llegaste. Te sonríe
y dice: “Te he estado esperando. Tómala,
es tuya. La seda te protegerá; así que
úsala cuando sientas que la necesitas”.
Agradece el regalo a aquella sabia persona y continúa
la conversación del modo que consideres oportuno.
Ahora te despides y abandonas la casa sin quitarte la
prenda que te han regalado. Retornas a la situación
difícil, pero esta vez sabes que la seda te protegerá.
Mientras la persona o personas hostiles se burlan de
ti o te miran con desdén, compruebas que sus
palabras y miradas no consiguen atravesar la seda, sino
que simplemente rebotan sobre ella. Soportas su agresión
con calma y dignidad porque sabes que no pueden hacerte
daño. Su antagonismo disminuye de forma paulatina.
Permite que la situación se diluya poco a poco,
y luego busca un sitio seguro donde guardar tu preciosa
prenda de seda. Afírmate que cuando te sientas
amenazado te la pondrás, confiando en sus poderes
protectores.